17 / 01 / 2023

Cómo mejorar nuestro estado de ánimo con buena alimentación.

Cómo mejorar nuestro estado de ánimo con buena alimentación.

Una alimentación saludable es sinónimo de bienestar físico por los innumerables beneficios que presenta para el sistema inmune, el metabolismo, e incluso nuestro aspecto físico general a través de una piel más cuidada y unos músculos más tonificados, por ejemplo. Sin embargo, esto no acaba ahí.

Seguir una dieta sana en nuestra rutina diaria influye en nuestra salud mental, asimismo, si consumimos alimentos de poca o nula calidad nutricional, nos podemos ver más expuestos a un bienestar emocional insuficiente.

Así pues, aquí queremos resumir cuán importante es una buena alimentación para mejorar el estado de ánimo.

La influencia de la mala alimentación para el cerebro

La relación entre alimentación y estado de ánimo no ha sido aún estudiada a profundidad, sin embargo, los estudios hechos hasta la fecha proponen que esta relación sí es tangible y en muchas ocasiones perfectamente influyente para la salud mental. Sea como sea, la popular frase sobre “somos lo que comemos” resulta verídica, quizá con algunos matices solamente.

Se sabe que las comidas poco saludables son las peores aliadas de la salud mental. En esta época de post-pandemia con altos índices de depresión, ansiedad y estrés, es común caer en el consumo de postres como chocolates, helados y demás para reducir estas sensaciones desagradables.

Pero esto es contraproducente, ya que este tipo de comidas ofrecen placer inmediato que se reduce de forma rápida. Es lo que tiene el consumo de comida chatarra, ultraprocesados, etc: están hechos para crear adicción, o dicho de otro modo, necesitaríamos comer más y más helado, por ejemplo, para obtener el mismo nivel de satisfacción, o incluso éste puede ser menor. Esto es así con:

  • Ultraprocesados.
  • Comidas con alto nivel de azúcares refinados o grasas saturadas.
  • Exceso de proteína animal, como las carnes rojas.
  • Carnes procesadas.

Dicho de otra forma… debemos comer menos:

  • Pizzas y hamburguesas.
  • Pasteles.
  • Bebidas azucaradas.

En cambio, si elegimos reducir la ingesta de comida chatarra para aumentar el consumo de vegetales, carnes blancas y frutas, el estado de ánimo se conserva mejor, más estable durante más tiempo.

Mejores nutrientes para el mejorar el estado de ánimo

Aunque todo nutriente es por definición esencial, aquellos a los que hay que poner la mira debido a su influencia para el estado anímico, son las vitaminas B, vitamina D, zinc, fibra y magnesio.

La vitamina D la obtenemos a través de la exposición solar, alimentos fortificados (a menudo aquellos con dosis significativas de calcio) y en algunas comidas también se puede obtener este compuesto. Los pescados grasos, el hígado, avena u otros cereales tienen vitamina D, y son ricos en Omega-3, zinc y magnesio.

Primeros pasos para mejorar la dieta

Por supuesto, una alimentación sana implica que sea balanceada y por tanto, debe incluir una cantidad variable de alimentos, como frijoles, lentejas, yogures, mariscos, carnes magras, fruta y semillas, nueces…En ningún momento “comer de todo” implica completos o brownies.

La clave está en saber combinar los alimentos entre sí y cocinarlos de manera adecuada. Inicialmente el proceso de comer sano podría ser más difícil (porque la planificación de las comidas ocupa más tiempo ) además es probable que no le sintamos tanto “sabor”, esto pasa por la costumbre de tener una dieta poco saludable con alta ingesta de sal , azúcares y saborizantes que dañan nuestra percepción , pero con el paso de los días la sensación de bienestar físico y mental será gratificante .

Lo que está claro es que una alimentación saludable no cura la depresión ni ningún otro malestar mental. Lo que sí hace es posibilitar una recuperación más pronta y eficiente; en cambio, comidas poco saludables propician el escenario opuesto: recuperaciones más lentas, mayor riesgo de sufrir de estrés o desarrollar trastornos mentales, etc.

Así pues, la relación entre dieta y salud mental, aunque no del todo estudiada, es más que evidente: y era predecible comprender que la alimentación no sólo conllevaría consecuencias positivas o negativas en la salud física , sino también en la mental.

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